Media Maraton

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Hace una semana y un día corrí la media maratón de Tel Aviv (21 Km). Hubiese sido una carrera como cualquier otra si que la fatalidad no hubiese estado rondando por las calles de la «ciudad blanca de Israel» a las ocho de la mañana de aquel día. Unos días antes los organizadores y el ministerio de salud decidieron cancelar la maratón completa (que estaba programada para el mismo día) y que los corredores participarían, como máximo en la prueba de 21 Km. El motivo: Las altas temperaturas que se esperaban para aquel viernes (A las ocho de la mañana se pronosticaban unos treinta y seis grados centígrados). Aún así la carrera de 21 Km se llevo a cabo junto con la prueba de 10 Km y la carrera urbana de 4,2 Km.

La hora de partida se adelantó a las 5:45 a:m para que, como máximo, la gente termine de correr los 21 Km entre las 8:00 y las 8:20 de la mañana. Antes del golpe de calor esperado. Si bien los meteorólogos pronosticaron un aumento intempestivo del calor aquel viernes 15 de marzo, se equivocaron rotundamente con respecto a la hora en la que debía de suceder. A las siete de la mañana mientras ya había corrido 13 Km observé hacia los termómetros digitales que se encontraban a los lados de una de las avenidas principales de la ciudad (Evin Gvirol) y leí con espanto y con estupor que aquellos termómetros marcaban una temperatura de 38 grados centígrados.  De más esta decir que una persona, mientras corre por un largo periodo de tiempo suele deshidratarse y que debe rehidratarse constantemente. De más esta decir que mientras uno corre 21Km a más de 35 grados, debe mantenerse mucho más hidratado que de costumbre. El resultado de correr una media maratón a tales temperaturas fue trágico. Hubo una muerte y muchas personas estuvieron a punto de morir.

Una muerte por paro cardíaco (causado por la deshidratación)  de un corredor de treinta años, sesenta heridos (deshidratados que se desplomaban como costales a los lados de la pista), doce de ellos en estado de gravedad fue el saldo trágico de aquel día. Mientras corrí observé a muchos paramédicos tratar a la gente inconsciente que se encontraba tirada a lo largo de la ruta. Pero no comprendí la magnitud del desastre hasta después de haber cruzado la línea de meta y ver junto a mí al muchacho que en treinta segundos más sufriría un ataque cardíaco fulminante justo frente a mis ojos.

He pensado mucho esta semana sobre quien es el responsable de los acontecimientos.¿ Los organizadores por no cancelar? ¿Los corredores por no parar cuando se sintieron mal? o sencillamente es un accidente y lo dejamos así. Han pasado ocho días y hay gente hospitalizada aún. Hay un muchacho enterrado por no parar cuando tuvo que hacerlo. Un muchacho que pude ser yo mismo. Una lástima ver un evento deportivo convertirse en tragedia. Una lástima ver lo endeble que es la vida: Se puede terminar justo antes de que te cuelguen una medalla en el cuello.

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