
Desde hace unos años siento algo indescriptible cuando escucho hablar de cumbres altas, de nieve, de sudor frío, de arduas jornadas de caminata, de sobreponerse al cansancio y al frío por la única y fútil tarea de subir una montaña. No soy un montañista profesional. Es más, no soy un montañista, pero me encanta la vida al aire libre, me encantan los retos, me encanta probarme a mi mismo y me encanta sentirme vivo. Siento que la montaña te puede brindar aún grandes aventuras. Aventuras que en su mayoría se encuentran en peligro de extinción. Las navegaciones peligrosas por el cabo de hornos, la búsqueda de nuevos continentes, la conquista de los polos, la conquista misma de lo que somos. Seres curiosos e inconformes.
De niño amé a Juio Verne y leí cada una de sus historias. Supongo que gran parte de mi personalidad de hoy en día se la debo a aquel hombre visionario e imaginativo. Mis héroes fueron siempre los navegantes tirados en alguna isla desierta, el capitán Nemo, los viajantes al centro de la tierra y muchos más. Esa amplia gama de emociones me convirtió en un junkie de las aventuras, de la emoción y de los viajes.
Hoy por hoy, a los 32 años he decidido cerrar este año con la aventura más ambiciosa que he tenido hasta hoy: Llegar al campo base del Everest. Y hacerlo además acompañado de mi querida compañera (me costo seis meses convencerla…). Un proyecto que nos demandará un mes desconectados de nuestra vida, una logística relativamente elevada, un vuelo a las alturas de Katmandú y una caminata de 18 días y todo por el sencillo y llano placer de llegar al confín mismo del planeta.
Espero que todo salga como lo estamos planeando. Espero que el mal de altura no nos arruine los planes. Espero que disfrutemos lo inseguro porque eso mismo es lo que sazona una aventura. Me gustaría poner unas cuantas entradas en el blog en forma de bitácora que narre como vamos avanzando en el proceso de construir un viaje al Everest y que sirva de referencia para las personas que lo deseen.
En este preciso instante acabo de mandar un SMS a mi jefe diciéndole que me voy a Nepal en Setiembre.
Me acaba de responder: «¿¿¿¿Que????»