¿Soy Feliz?

Estoy entero. Miro mis brazos. Miro mis piernas. Los dedos de mis manos. Los dedos de mis pies. He podido perder alguna parte de mi en muchas circunstancias y no ha sido así. Tengo compañeros que han perdido una que otra parte. Yo no.

Estoy sano. Mi corazón late. Mi cerebro procesa la información con rapidez. Me muevo con facilidad y con celeridad. Puedo ver amaneceres y atardeceres. Puedo oler la tierra mojada después de un día de lluvia. Puedo tocar los labios rojos de ella o acariciar el lomo peludo de un amigo.

Soy fuerte. Me enfrento a «problemas» todos los días y los resuelvo y sobrevivo. Me enfrento a los años y los aguanto.  Me siento capaz de subir a la montaña más alta o de bucear a las profundidades azules de la tierra. Puedo correr con potencia. Puedo amar con ímpetu.

Estoy joven. Y no por los años. Sino porque mantengo la curiosidad por el mundo. Porque me sorprende el olor del buen café en la mañana. O me excito cada día por el olor púrpura que brota de su cabellera. Puedo ver la hermosura del vacío en un desierto en invierno. Puedo sentirme lleno flotando en las olas del mediterráneo sin nada más que no sean mis recuerdos.

Estoy hambriento. De ver. De oler. De conocer. De experimentar sobre mi mismo. De crecer. De envejecer. De fluir por la vida de la «mejor» manera. De conocer gente que vale. De vivir.

Tengo amigos. No millones. No miles. No cientos. No decenas. Quizás diez. Quizás menos aún. Morirían por mi. Yo moriría por ellos.

Tengo familia. No estoy solo en el mundo. Hay gente que me ama incondicionalmente. Hay gente a la que amo sin reparos. Hay lazos de sangre para corroborarlo. Familia. Mis mejores recuerdos están invadidos de momentos familiares. De que sirve ser feliz si no lo puedes compartir con tu familia y hacerlos felices también.

Aprecio lo que tengo. No quiero más. Es más que suficiente. Tengo todo. Tengo toda la música del mundo a mi disposición. Tengo toda la sabiduría del planeta en mi teléfono. Te tengo a ti. He puesto mis pies en varios sitios del planeta sacando lo mejor de ellos. He estado cerca de la muerte tanto que he entendido que es estar vivo. Soy inmensamente rico por el sencillo y llano hecho de que me doy cuenta cuan rico soy.

Mi vida es maravillosa. La vida es maravillosa. Cuantas variables se tuvieron que conjugar en el espacio-tiempo para que yo exista aquí y ahora. Las posibilidades de que YO existiera eran ínfimas y aquí estoy. Como no sorprenderme de eso. Como no sorprenderme cada día de que te puedo acariciar. De que puedo escuchar el viento en el desierto. De que puedo sentir el frescor del mar fortaleciéndome los músculos. Del naranja intenso del cielo. Del prodigio tecnológico que significa que puedas leer esto. Del campo de cebolla en el que caminé una noche de luna llena. De los matices del sexo. De los olores en la cocina de la abuela. De la vida a nuestro alrededor. De las yemas de mis dedos tecleando en este tablero en este preciso instante.

¿Que si soy Feliz?

Pues…Sí.

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