Ser minimalista

Hay mucha gente que le tiene miedo a la palabra «minimalista» o «minimalismo». La relacionan directamente con el hecho de vivir de manera espartana o sufrir el día a día con las incomodidades de no tener prácticamente nada. El minimalismo, como el hecho de ser republicano o demócrata no es más que una ideología general. Esta basada en la premisa de Menos es Mejor. Y como en las ideologías políticas, uno puede irse desde el pasible centro hasta los extremos más fanáticos.

Tengo menos cosas que antes. Es cierto y me hace bien. Pero eso no significa que no tenga «nada» o que viva con una camiseta y un pantalón. Tengo menos cosas que antes porque antes tenía demasiadas cosas. Tenía dos refrigeradores en una departamento donde vivían dos personas. Tenía un closet lleno de ropa que no usaba. Tenía compact discs que nunca escuchaba y tenía vajilla en la cual jamás comía. Tenía todo eso y solo lo tenía porque sí.

Decidí tener menos, que no es lo mismo que vivir sin nada. Tengo exactamente lo que necesito para una vida cómoda (y aquí viene el truco de las ideologías: cada quien las debe adecuar a si mismo y a su manera de ver la vida). Yo no soy una persona extremista aunque lo he sido cuando era un poco más joven y quizás más inmaduro. Cuando empecé a leer sobre minimalismo y sobre el hecho de no llenarte de cosas inútiles pues se me abrió una puerta de escape de todo ese EXTRA que rondaba por mi vida. Al hacerlo me quedó más tiempo para hacer lo que a mi me gusta y me sentí muy bien así. Pero es obvio que ningún extremismo es bueno. Vivir con un vaso en la casa no te hace minimalista, te hace extremista y hasta raro. Vivir con 8 vasos para dos personas va bien. Y así hay millones de ejemplo que te podría dar sobre lo que es ser minimalista sin ser un loco extremista que vive en un piso vacío en el que lo único que hay es un colchón y el eco.

El hecho de conservar las ideologías a fuego medio es algo que se aprende con la madurez y con la práctica. Los extremos no son buenos para ningún tipo de pensamiento. Ni para la persona que basa toda su vida  en el consumo adictivo de bienes y que se endeuda hasta irse a la quiebra, hasta el individuo que decide vivir como ermitaño en medio del campo sin nada y, obviamente, sin nadie. El secreto es mantenerte inclinado al lado que más te guste pero sin exagerar, dando solo los pasos que te hagan sentir bien y no los que esta o aquella ideología te empujen a hacer.

Eso es para mi ser minimalista. Quedarte con lo que realmente quieres e importa (eso es relativo para cada uno) y eliminar el resto.

Que tengas un buen fin de semana.

 

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