Mantente fuera de la zona de confort

En el ejercito aprendí que el límite de resistencia de una persona es veinte veces superior a lo que ella piensa. Aprendí a estar fuera de mi zona de confort una hora, un día, un mes, un año, siempre.

Podemos hacer cosas increíbles. Todos somos capaces de aprender a estirar nuestros límites poco a poco.

Digamos que crees que puedes pasarte un día sin comer y no más de eso. Pues tu límite real está aproximadamente en los veinte días. Con práctica un ser humano puede pasarse 30 días sin probar bocado antes de morir de inanición. Este ejemplo solo sirve de referencia para que entendamos uno de nuestros límites biológicos más simples. Y si algo tan necesario y vital como la comida puede ser llevado a límites tan extremos, pues créeme que muchas de nuestras actividades cotidianas las podemos llevar a extremos mucho más impresionantes que ese.

Mucha gente dice que para aprender y crecer en la vida hay que aprender a salir de la zona de confort de cuando en cuando. En el ejercito  por ejemplo, te enseñan  a estar fuera de la zona de confort todo lo que puedas. ¿ Y sabes qué? Es impresionante cuanto se puede hacer fuera de ella.

La mayoría de nuestros límites físicos son mentales. Obviamente nuestro cuerpo es una máquina constituida de carne y huesos y a estos los podemos llevar al límite, pero su límite está mucho más lejos de lo que nosotros pensamos, creemos o queremos creer. Nuestro primer límite es el que nosotros mismos nos ponemos al decir. Eso para mí y para mi cuerpo es imposible.

Para dar un ejemplo:

Mucha gente quiere comenzar a entrenar un deporte. Quieren comenzar a correr. Quieren llevar una dieta más sana y así sucesivamente. Pero muchos de ellos pierden la moral bastante rápido después de correr el primer kilómetro y de haberse dado cuenta cuan fuera de forma están. A todos nos ha pasado algo así. A mí me me ha sucedido en los primeros días de entrenamiento en el ejercito en el desierto con cuarenta grados centígrados sobre mi cabeza. Me ha pasado también la primera vez que salí a correr a los 23 años y al cabo de doscientos metros sentía que mi corazón se quería parar. Me ha pasado cuando por primera vez me mudé solo y de pronto todo era muy difícil. Me ha pasado cuando me casé y por primera vez ya no era yo solo en este mundo. Me ha pasado cuando intenté escribir por primera vez un post. Me ha pasado la primera vez que intenté minimilizar mis cosas. Me ha pasado cada vez que he intentado algo nuevo y la cantidad de práctica que tenía en ese ALGO NUEVO  era  nula.

Cada vez que hemos intentado hacer algo nuevo hemos estado fuera de nuestra zona de comfort. En el ejercito es fácil. Porque los sargentos y los oficiales te presionan hasta tu límite en los entrenamientos. Siempre tienes a  alguien diciéndote que si puedes. Además de eso tienes compañeros que pasan por la misma mierda que tú y te sirven de ejemplo y eso te facilita aún más el asunto.

En nuestra vida diaria estamos solo NOSOTROS. No hay nadie empujándonos al límite ni amigos que nos den el ejemplo. Ni nada. Estamos solos y conocernos a nosotros mismos y conocer nuestros límites depende solo de NOSOTROS. Salir de la zona de confort es difícil. Lo sé. Pero te voy a dar el tip que yo uso día a día para estar fuera de ella.

Razono sobre la situación difícil a la que me voy a someter y sobre los beneficios que voy a obtener de ella.

Por ejemplo:

Sé que entrenando voy a estar más sano. Me voy a ver mejor. Y voy a ser más fuerte (no solo físicamente). Así que pese que a mi cuerpo no le de la gana de moverse. Razono sobre los efectos positivos del ejercicio y OBLIGO a mi cuerpo a moverse. Sé que en un mes me lo voy a agradecer.

Al levantarme temprano los fines de semana. Sé que voy a tener más tiempo para mi solo. Voy a poder sentir la tranquilidad de la ciudad. Voy a poder escribir con mayor tranquilidad. Voy a poder limpiar el departamento antes de que mi esposa se levanté. Voy a poder sorprenderla con un desayuno hecho. Razono sobre los efectos positivos que me da el hecho de levantarme temprano y  me OBLIGO  a hacerlo.

Sé que dejando las redes sociales de lado voy a ser más productivo y a tener más tiempo para estar con los que quiero. Voy a poder pasar tiempo «real» con mi esposa. Con mis amigos. Conmigo mismo, pensando, meditando o no haciendo nada. Voy a poder ser más creativo. Voy a poder leer libros de papel. Voy a poder pensar en un nuevo post que escribir para que tú lo leas. Razono sobre los efectos positivos de estar menos tiempo en Facebook y me OBLIGO a desconectarme.

Y así sucesivamente.

Resumiendo:

  • Nuestro aguante fuera de la zona de confort es infinitamente más grande del que creemos.
  • Estar fuera de la zona de confort hace que aprendamos y que crezcamos como personas.
  • Razonar el porque debes estar fuera de la zona de confort en tal o cual actividad o situación te ayuda a estar fuera de ella, imaginándote en las cosas positivas que adquieres estando fuera de la misma.
  • Mientras más te encuentres fuera de la zona de confort tu resistencia mental se agranda exponenciálmente. Las unidades de operaciones especiales de la mayoría de los ejercitos del mundo lo entienden y trasmiten  a sus soldados: Al final ellos piensan literalmente que no hay nada que no puedan llevar a cabo.

 

A los 23 años pensé que moriría corriendo 2 km. Hoy a los 33 sé que puedo correr 200 km si es que necesito hacerlo.

 

 

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