
Viktor Frankl fue un psiquiatra austriaco padre de la tercera escuela de psiquiatría y autor de uno de los más impresionantes y profundos libros escritos hasta la fecha:
El hombre en busca de sentido.
Es difícil leer la obra y no conmoverse frente a su relato conciso y crudo. Simple y llano. Juicioso y valiente.
Frankl estuvo retenido por más de tres años en campos de concentración durante la segunda guerra mundial. Estuvo en Dachau y en Auswitch. Sobrevivió, donde muchos otros millones cayeron gracias a su infinita capacidad de ser positivo y de enfrentarse a la realidad desde el punto de vista de ver «el medio vaso lleno…».
Las historias del holocausto suelen ser desgarradoras. Suelen superar en muchos aspectos a la ciencia ficción. Cuando nos imaginamos sobre el nivel de crueldad a la cual puede llegar el hombre, solemos recordar el Holocausto. Los crematorios. Las filas infinitas de gente entrando en las cámaras de gas. La despersonalización del ser humano en toda su magnitud.
Pero Frankl nos cuenta está historia desde el punto de vista de un prisionero que ya lo ha perdido todo. Que no tiene absolutamente nada. Pero que aún, dentro de esa infinita nada, en la que la vida no es más que el latir de los corazones débiles por la inanición. Siente que aún le queda algo. Una sola cosa. La capacidad de poder tomar la decisión de hacer o de no hacer lo correcto. Esa última cosa restante es la única que le recuerda su humanidad pasada y la que da un significado a su existencia. Su vida no es más que un sufrimiento eterno en el que el todo y la nada se confunden en medio de la apatía frente al horror y a la deshumanización de los individuos.
Quien tiene algo por qué vivir es capaz de soportar cualquier cómo…
Viktor Frankl escribe lo que ha muchos de nosotros nos cuesta leer. El horror al cual el ser humano es capaz de someter a otro. Pero nos dice también cómo ese ser humano que ya lo ha perdido todo, puede encontrar dentro de sí mismo la capacidad inherente de sobreponerse a cualquier cosa. Hasta a la nada y a los horrores nos podemos acostumbrar y hasta a ellos y cosas impensables podemos hacerles frente.
Leyendo un libro así. Un manifiesto de lo que es ser un ser humano en el más amplio de los contextos, no nos queda más que de reevaluar no solo nuestros problemas, sino más bien, los ojos con los cuales los vemos y cómo reaccionamos a ellos.
Una lectura obligada para cualquiera de nosotros que ha veces nos sentimos abrumados por que la cuenta del banco se nos ha puesto en rojo o porque estamos algo regordetes o porque nos es difícil poner un negocio pasivo.
Encontré el link del libro en internet, aquí te lo dejo si es que lo quieres leer:
Haz clic para acceder a el_hombre_en_busca_de_sentido_viktor_frankl.pdf
Te lo recomiendo encarecidamente.
Fuera de eso. Estoy tratando de volver a mis hábitos de lectura antiguos. Eso quiere decir que me he comprometido a leer un libro cada diez días. Eso hace 36 o 37 libros por año. Lo cual no es mucho, pero es mejor que la tasa de lectura que he tenido en los últimos dos años.
Gracias a que me la estoy pasando buscado libros, suelo encontrar joyas como está que me han recomendado infinidad de veces, pero que por alguna razón u otra, no las he leído.
Espero que tengas un excelente fin de semana.