Mario Vargas Llosa, el escritor, la sociedad, la educación y porque odio mi colegio

Muestra de la cucufatería de una congresista peruana. Insinuando que el apoyo de Vargas Llosa al aborto, está directamente relacionado con el hecho de que le fue infiel a su mujer. En este caso a su primera mujer: Su tía política Julia Urresti.

Mi mamá me dijo que cuando termine el colegio lo iba a extrañar el resto de mi vida.

Yo tenía ocho o nueve años en aquel momento. El colegio no me gustaba. Pero como mi mamá decía que lo extrañaría, pensé que en algún momento de los años venideros, me enamoraría de él.

Eso nunca paso.

Mi época escolar es el tiempo más abominable que he vivido hasta hoy. Yo empecé a ser yo, solo cuando dejé el colegio atrás.

Muchos de mis amigos recuerdan la época escolar como Sus Años Maravillosos. Cuando recuerdan su primer beso o la primera tomada de mano con alguna chiquilla entre aula y aula. Entre clase y clase. Cual Kevin Arnold mientras una voz en off cuenta lo increíble de la experiencia. Muchos recuerdan el colegio como un lugar casi celestial y recuerdan a los profesores como unos segundos padres. Unos pedagogos que malearon su carácter y su manera de ser. Cual Platón en su Academia influenciando en las mentes de los mozos atenienses de la época.

Para mí. Los Años Maravillosos fueron una serie televisiva que en nada se parecía a mi vida en el colegio. Era el menor de la clase. Era un debilucho, enclenque y enano. Era pacífico. Era infantil. Las niñas me rechazaban todas. Las que tenían buenos modales, me decían que quizás en algunos años, cuando crezca un poco. Porque yo les llegaba a los pezones y de ahí no pasaba. Y ellas se reían a escondidillas cuando les mandaba alguna carta desconsolada haciendo mis primeros pininos  como escritor. Para mí, los profesores fueron unos monstruos abusivos. Unos burócratas que repetían lo que decía la enciclopedia Escuela Nueva que era la que daba el estado peruano a todos los colegios. Y por ende año tras año leías y releías el mismo libro con la única diferencia que cambiaba de color y aumentaban uno que otro tema en matemáticas, en física y en química. Historia siempre quedaba igual.

Siempre me interesé en el porque de las cosas. Y precisamente por eso, los profesores me odiaban. No soportaban que dudara de la veracidad de hechos que con tan ardua exactitud te brindaba la enciclopedia Escuela Nueva. Les jodía que alguien se aburra en su clase pero la hacían aburrida hasta morir. En la secundaria escribí un ensayo sobre el terrorismo en el Perú. Mi profesora de literatura lloró frente a la clase leyéndolo. Lloró porque estaba embarazada y al parecer tenía las hormonas revueltas. Me dijo que tenía que escribir. Que eso era lo mío. Pese a que es la única profesora de la que tengo un buen recuerdo, no le hice caso, como no le hice caso a ninguno de mis profesores. Todos decían que yo era un pobre diablo inmaduro. Pero muy dentro de mí, sabía que los pobres diablos eran ellos. Enseñando cosas sin ganas. Repitiendo de memoria lo que estaba escrito en syllabus del año.

Pobres inútiles.

La cultura en mi país de nacimiento está como está porque nunca se ha invertido en la educación. Y si te quieres educar lo tienes que hacer por tu cuenta. En tus horas libres. Aprender un idioma nuevo por tu cuenta. Ampliar la cantidad de libros que lees por tu cuenta. Desarrollar tu sentido crítico por tu cuenta. Todo es por tu cuenta y con tu plata (o la de tus viejos). El sistema educativo estatal y el particular solo hacen de guarderías para los niños. Para que los padres trabajen y no tenga que preocuparse donde diantres dejarlos. No aprendí nada en el colegio. Salvo a pelear con chicos mucho más grandes que yo. Y a ser rechazado por chicas mucho más grandes que yo. Aprendí que la mayoría es una especie rebaño siguiendo todo lo que le dan a seguir. Sin preguntar ¿por qué? ¿Para qué?

Todas estás sensaciones y recuerdos brotaron de lo más profundo de mí cuando vi el lío en el que se había metido  Mario Vargas Llosa. La revista Hola lo jodió con unas fotos fuera de lugar. El Perú se olvidó de la economía. De los friajes. Del presidente corrupto. De la primera dama a la que le encanta vestirse con Oscar de la Renta. De la inflación. De la subida del dolar. Para hacer mierda (todos juntos como una buena nación) al escribidor infiel.

Como respuesta a tal insufrible cargamontón Mario (lindo nombre) Vargas Llosa le escribió una carta a todos los peruanos diciendo que son unos cacasenos por inmiscuirse en su vida privada.

Lo cito textualmente:

“Con todo respeto a los peruanos que me critican, les respondo que son unos metiches graduados, unas Ña Catitas con ventana, antiapóstatas beligerantes y una horda vorágine de cacasenos sin vida propia”

Eso le escribió a su propio pueblo. A la gente que nació en el terruño que lo vio nacer  a él también.

Para muestra otro botón:

“Mequetrefes, insanos, ah, mercenarios de la moral. Todos ellos trafican con la vida privada y los peores son los consumidores de esa sociedad del espectáculo. Ahora yo soy la caca de elefante, exhibida en un diario de cincuenta centavos. Ojalá que por lo menos algún joven o niño se interese por mis obras y finalmente me juzguen por ellas y no por lo que hago o dejo de hacer en el catre”

¿Y saben qué?

El tipo tiene razón. La cultura está tan deformada en el Perú y la educación de la gente tan retorcida que la nación entera se rasga las vestiduras porque un escritor de 80 años se ha separado de su mujer que también es su prima hermana para estar con Isabel Preysler, madre de Enrique Iglesias. Ex de Julio.

Cuando escuché la noticia de que Vargas Llosa salía con alguien diferente a su mujer de tanto tiempo, sonreí. Sonreí porque el tío hace lo que le da la gana y parece haberse dado cuenta que vivimos una sola vez y hay que hacer lo que hay que hacer.

Por otro lado sentí asco al ver como toda la prensa amarillista del Perú. De Lima y balnearios  y de cualquier otro huarique nacional, hicieron mierda al único premio Nobel peruano por el hecho de tener una relación con una mujer que no era su esposa.

Y esa capacidad cacasena de pensar se la debemos a los colegios de Lima que nunca jamás nos enseñaron a pensar. Nos enseñaron a seguir y a obedecer ordenes y a vivir en la doble moral de que si no te encuentran, pues todo bien. Dios perdona el pecado pero no el escándalo. Pero si te encuentran haciendo algo fuera de lo permitido te crucifican en una clase de primaria o de secundaria o de Universidad y no importa si ganaste el Nobel o no y se lo dedicaste a tu país. Igual te van a hacer mierda porque te lo mereces. Porque no eres lo que ellos esperaban de ti. No seguiste al rebaño como te enseñaron que deberías hacerlo.

Si lees esto mamá: Te quiero mucho pero NO. No extraño el colegio. Aborrezco los recuerdos que tengo de él. Aborrezco cada cosa idiota que me enseñaron. Aborrezco la estupidización a la que quisieron someterme y de la cual Lord Byron, Dickens y Kundera me libraron en su debido momento. Si no fuera por ellos, sabe dios. Ahorita estaría loquito en la casa, enojado con Vargas Llosa por hacer lo que le da la gana.

Fe de erratas 1: Al parecer, la carta de Mario Vargas Llosa al pueblo peruano es apócrifa. Una rumiante ironía de nuestros amigos de La Mula.com. El hecho  de que la carta no sea verdadera no disminuye ni un poquito la tendencia al raje y al maleteo de la sociedad limeña. Y al preciso hecho que se rasgan las vestiduras por lo que hace un hombre de 80 años. Hoy he vuelto a ver como el decano de la prensa nacional sigue publicando más fotos de la revista ¡Hola!. Gracias El Comercio por entregarnos siempre, contenido de alta calidad.

Fe de erratas 2: Use la palabra escribidor como sinónimo de escritor. Cuando es un antónimo. Gracias a un compañero de caminatas de antaño caí en cuenta de aquel error garrafal. Estando en la épocas en que puedes escribir y publicar lo que te da la gana sin que nadie te lo edite, tener un amigo así hace que las cosas sean más fáciles para mí. Gracias nuevamente.

8 comentarios en “Mario Vargas Llosa, el escritor, la sociedad, la educación y porque odio mi colegio

  1. Hola Mario,desde mi punto de vista en mi caso si recuerdo a algunos de mis profesores tanto por lo que me enseñaron pero más por su personalidad,en secundaria el profesor de castellano,en la universidad el de lógica y derecho penal,a este último atentaron por sus principios contra su vida los terroristas y fue presidente del JNE.Si te doy la razón que si uno no se educa más de lo que le enseñan en el colegio entonces a las finales no sabes nada.Pero el conocimiento no se basa en lo que lees o te leen en las aulas sino en lo que vas aprendiendo de la vida y eso se aprende conviviendo en las aulas con otros alumnos que no son otra cosa que otros mundos y te prepara cual manada de leones a sus cachorros para que después te valgas por ti solo en la vida.De las mujeres en etapa escolar es bonito,hay amor platónico, el primer beso,el soñar despierto,el sentir algo nuevo en tu recién iniciada vida. Sobre Mario Vargas LLosa esta en todo su derecho de tener un nuevo amor,cual pasillo que dice » y a la edad que tengo me nace un amor» y «nadie es eterno en el mundo…»él premio nobel tiene su edad y tiene derecho a ser feliz y si así es feliz bien para él, a los cacasenos dejemolos atrás, a palabras necias,oídos sordos mi querido Mario.Creo que tu profesora no se equivocó, escribes muy bien ,pero ten siempre presente que el Amor es vida,sin él somos pasajeros errantes en este mundo,vacíos,.te imaginas llegar a tu casa y que no te espere tu pareja y tu hijo bello que te hacen olvidar el día que mal pasaste.Si tienes pareja y a ella la amas y viceversa y un retoño que te haga sentir bien,que más se puede pedir a la vida.Un gusto haber leido sobre estos temas.sigue adelanté, te va a ir bien.

    1. Enrique muchas gracias por el aporte!

      Lo que escribí sobre el colegio se basa sola y llanamente en mi experiencia personal. No he tenido digamos la «suerte» de haber tenido un buen profesor. Por eso no recuerdo a casi ninguno con cariño o con complicidad. Pero como te digo: Es mi experiencia personal neto. Me da gusto que existan docentes que inspiren. Y me da gusto que hayas estado en contacto con algunos de ellos. Un fuerte abrazo y gracias por leer!

  2. Estimado Mario,
    como ya te lo dije antes, tienes muy buena prosa. Sólo un par de correcciones en este post:

    1- La respuesta que le atribuyes a Vargas Llosa («mequetrefes insanos, ah, mercenarios de la moral….») es apócrifa. Un blogger de La Mula posteó ese texto, tal vez a modo de ironía, y fue replicado por varios medios de prensa como si hubiese sido la respuesta de Vargas Llosa, pero no lo es. Vargas Llosa no escribió eso, aunque dicha respuesta le cae a pelo a todos los que se rasgan las vestiduras al verlo separado de su esposa y en una nueva relación sentimental.

    2- En tu post, tu lo llamas a Vargas Llosa «el escribidor». Muchas personas lo llaman así pues está muy difundido el rumor de que MVLL se refiere a el mismo como «el escribidor» en su novela La Tia Julia y el Escribidor. Esto no es exacto. Al leer la novela, uno se da cuenta que «el escribidor» es en realidad Pedro Camacho, un escritor de radioteatros que trabajó con MVLL en una radio emisora cuyo propietario era el papá de Genaro Delgado Parker. En el libro, MVLL cuenta dos historias en paralelo, una es su relación con su tía Julia Urquidi, y la otra es la historia de Pedro Camacho (el escribidor), y cómo este personaja al final se vuelve loco enredado en la trama de sus propias historias. Si bien este personaje escribía novelas para la radio, MVLL considera su escritos como de baja calidad, y es por ello que no le dá el estátus de escritor, y lo llama «escribidor» en el título de la novela.

    Saludos

    Francisco

    1. Querido Francisco,

      Sobre la primera corrección. Tienes toda la razón. Al parecer la carta fue apócrifa. El artículo lo escribí en el preciso momento que se publicaron las líneas en la Mula. Puede decirse que están muy bien escritas y conociendo a Vargas Llosa como lo conozco, no me hubiese sorprendido en absoluto que él las hubiera escrito. Voy a incluir una fe de erratas sobre eso.

      Sobre el segundo punto. La tía Julia fue un libro que me acompañó en la juventud. Y el error no se basa en el mal uso de la novela o de los personajes de la misma. Más bien, es un error mío por no haber hecho la tarea y, en vez, de haber puesto un sinónimo correcto para escritor, puse un antónimo. «Escribidor» es una palabra que a uno siempre le ronda la cabeza con Vargas Llosa. Y en este caso fue mal utilizada.

      Gracias por las correcciones. Puedes volverte un buen editor en Tusquets…:)

      Un fuerte abrazo,

    2. Desconocía el significado real de «escribidor·. Siempre había pensado que Vargas Llosa era el escribidor de ‘La tía Julia y el escribidor’. No sabía que tenía una denotación despectiva.

  3. Siempre te leo aunque muy poco comento. Trataré de hacerlo mas a menudo porque tu blog me encanta. Tuve muchas discusiones con mi padre por este tipo de situaciones y vaya que me amargaban y ofendían sus opiniones que consideraba machistas. Con los años he entendido que cada quien es como es y que tiene derecho a vivir la vida que haya elegido para si mismo. Ahora sé que mi padre era como era y que me dio lo mejor que podía darme, así de la manera como era. He comprendido que nunca existió ninguna ofensa de su parte (pues ser de un modo u otro no debería de ofender a nadie, nos ofendemos por nuestros propios conceptos sobre algo y no por el hecho en si) y por lo tanto nunca he tenido que perdonarle nada. Ya no está conmigo y ya no puede ver en lo que me he convertido gracias a sus esfuerzos por mantenernos a mi y a mis hermanas lejos de todo aquello que significara aceptación sin por qué. Sé ahora, que no debo tratar de cambiar a nadie pues no aceptaría que alguien tratara de cambiarme a mi. Al final, esta libertad de pensamiento de la que disfruto hoy, se la debo a mi padre, ese hombre «infiel» que fue fiel a su vida y por casualidades de la existencia también peruano.
    Si eres feliz, enhorabuena Vargas Llosa!

    1. Gracias por leer Jennifer… Y sí, la «libertad de pensamiento» es lo más precioso que le podemos regalar a nuestros hijos… La libertad de discernir que es lo que más o menos les conviene sin pensar en lo que el resto quiere o espera de ellos…

      Un saludo,

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