
Estoy con un poco de bajón emocional…Es porque después de haberla pasado bien. He regresado a mi realidad.
Hace un par de meses que no escribo nada. Quizás he escrito un par de posts en Facebook burlándome de alguna u otra cosa pero nada más. En estos últimos meses han pasado algunas cosas buenas. Otras no tan buenas y algunas medio malas. A eso se le llama vida: A la sucesión de todo tipo de eventos que se entretejen los unos con los otros.
En ese paréntesis viajé a España, al Pirineo. Disfrute en el norte de Aragón y en el norte de Cataluña. Pasé junto a mi esposa muy buenos momentos haciendo senderismo por las montañas. Respirando buen aire y haciendo turismo rural en un lugar en la gente es aún muy auténtica y cálida. Un disfrute total.

En Barcelona. El penúltimo día de nuestro viaje alcanzamos a ver al Barca contra el Málaga en el Camp Nou. Buen partido. Buenas vibras. Mucho calor eso sí. El Barca parece un equipo con hinchas multiétnicos y multiculturales. Ha pasado de ser un equipo español a ser un equipo global. Disfrutamos mucho del día en la ciudad. Del partido. De una librería de la puta madre en la Rambla que no me acuerdo como se llama. Viajamos en la noche a nuestro Camping. Llegamos a eso de la una de la mañana y estábamos tan cansados que solo sacamos las bolsas de dormir y nos desmayamos bajo las estrellas sin carpa y sin nada. El césped, las bolsas de dormir y nuestros cuerpos decadentes. Todo bajo un cielo estrellado junto al mar. No se puede ser más minimalista creo yo.
De vuelta en Israel. Regresamos a las rutinas de nuestros trabajos. A nuestras realidades de oficina. A nuestro Nescafé en vasitos de cartón. A la realidad a la que nos vemos expuestos en un país sumergido en una espiral de violencia por muchos años y que últimamente está cobrando con creces las vidas de más y más personas.
Rememorar los últimos dos meses me ayuda a hacer paralelísmos en lo que se refiere a las diferentes realidades a las se ve expuesta la gente dependiendo del lugar geográfico en el que se encuentre. En el Pirineo todo es tan simple. Tan auténtico. Tan cordial que es dificil no disfrutarlo al máximo. Aterrizando en Israel se siente el estrés en el aire. La carga emocional a la que todos están expuestos. Supongo que eso nos desorienta un poco a todos los que cambiamos de realidad de cuando en cuando. En este momento lo único que quisiera son unas montañas verdes y un cielo azul para ser feliz. A veces una buena comida o un saludo amable. Cosas que no veo por aquí casi nunca.
Pero así es la vida. Una sucesión de eventos que se encadenan los con los otros y a veces estás en el Pirineo comiendo rico y luego en Israel viendo malas noticias casi todos los días. A veces tienes la capacidad de explayarte de una manera extremadamente creativa y a veces no tienes mucho o nada que decir. La realidad y sus dualidades. Acabo de llegar a la 512 palabras. Algo que hasta hace unos minutos me parecía imposible de lograr. Creo que ya estoy de vuelta!
Te dejo una fotillo más…

Cunto tiempo sin leerte. Que bueno que hayas vuelto y sigas escribiendo. Excelente articulo, en cualquier momento todo cambia, y toca aceptar eso. Un abrazo.
Gracias Leo!
Se te extrañaba, por cierto me identifico con tu sentimiento
Lo extrañaba yo también Oscar…Un sludo!