Benjamin era un niño algo triste. Nadie lo quería mucho, precisamente, porque era un niño triste. Y, al parecer, estaba triste porque nadie lo quería.
Benjamin creció y se convirtió en un hombre triste. Un hombre al que nadie quería porque era un hombre triste. Al parecer estaba triste porque nadie lo quería.
Para suerte de Benjamin el año de su nacimiento fue el de 1981. Cuando cumplió 30 años en el año 2011 la Internet era de uso bastante cotidiano. Unos años antes había visto con sorpresa la trilogía de Matrix. Se había preguntado si algún día el mundo seria realmente así. Al empezar este párrafo me referí a que Benjamin ha tenido suerte. La tuvo porque fue un joven y ahora es un adulto viviendo en esta época. En nuestros días todos nosotros generamos algo que se llama Metadata. La generamos mientras usamos el teléfono. Mientras usamos el computador. Mientras vemos fotos en Facebook. Gracias a la metadata la tristeza de Benjamin ha desaparecido.
¿Cómo diablos la tristeza puede desaparecer gracias a la Metadata te preguntarás?
Fácil. Google sabe lo que haces. Sabe más de ti de lo que tú sabes de ti mismo. Google absorbe tus actividades en Internet. Hace una pequeña operación de cálculo y determina donde trabajas. Cuantos años tienes. Tu estado social. Tus fantasías sexuales más recónditas. Tus deseos más profundos. Tus miedos más arraigados. Google sabe todo de ti. Como lo sabe de Benjamin. Google determinó que Benjamin es una persona triste. Una persona infeliz. Benjamin realizaba constantemente búsquedas acerca de muerte y suicidio. Una pequeña alarma se activa en un servidor. Se enumera automáticamente un caso. El caso número 545233855#. «El caso Benjamin».
Un par de días más tarde Benjamin recibió un mail. Un mail de Google. El sistema le dijo que está preocupado por su estado de salud. El mail recitó que estaba invitado a las oficinas municipales de la empresa. Están a unas cuadras de su casa. En una de las miles de oficinas que Google tiene esparcidas por la ciudad. Benjamin duda pero sigue leyendo. «Le ofreceremos asesoría»… «La vida es algo que merece ser vivido». Benjamin no sabe que hacer. Quisiera mandar un mail diciendo que está enfermo. No lo hace porque él sabe que Google sabe que no lo está. Quizás podría decir que tiene problemas de familia. No lo hace porque sabe que Google sabe que está solo hace años y que sus padres han muerto en un accidente cuando el tenía 12.
Benjamin no atina a nada. Google sabe que él ya abrió el mail y que lo ha leído. No le queda más opción. No tiene otra salida.
Se levanta de la silla de su oficina mientras usa Uber para llamar a un taxi. Pone como destino:»Google Ramat Gan»… Es el 14 de Abril del 2020 y Benjamin saldrá feliz de aquella oficina.
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