Bluebird

Quisiera volver a escribir con la fluidez que lo hacía antes.

Hace algunos años podía teclear 500 palabras en menos de 10 minutos sin demasiado esfuerzo.

Quizás, en este último tiempo, no he escrito porque no tengo mucho que decir. Y lo poco que tengo que decir, no creo que sea de gran valor.

Lo que he aprendido con el paso de los años, es lo que no sé.

No sé casi nada.

Y es increíble, porque al final de mis 30s pensaba que lo sabía casi todo.

Tengo 40 años y no tengo nada resuelto. Creo que nadie en este mundo lo tiene. Nunca resolvemos el misterio que nos rodea hasta que moramos y pienso, a veces, que nos vamos de este mundo sin resolverlo jamás.

Hemingway se metió una escopeta en la boca y se pegó un tiro. Su cerebro y su salud estaban mellados por el alcohol y la depresión que lo invadía después de entender que no volvería a escribir nada que valiese la pena… Su vida terminó a los 61 años. Era el mejor escritor de su generación y estaba completamente destruido.

Yo en 21 años tendré la edad de Hemingway al final de su vida. Y nunca he rozado ni la uña del pie de su capacidad creativa. He vivido una vida plena de aventuras. He visto la guerra. He visto la muerte. He visto la belleza de amar y la de los amaneceres. Aún así nunca podré escribir nada que valga la pena. Al menos no, al nivel que me gustaría. Solo me quedan estas palabras, disparadas al espacio por medio de un blog que nadie lee.

Escribo esto como terapia. Quizás solo para ordenar un poco los pensamientos que tengo sobre el envejecer y el sentir del paso del tiempo.

Quizás he escrito esta introducción tan larga para tener una excusa para compartir un poema de Charles Bukowski. Es uno mis poemas preferidos y es el que más me gusta de él. Refleja todo lo que los hombres duros sentimos. Porque realmente sentimos. Yo siento… Y mucho.

Bluebird by Charles Bukowski:

there’s a bluebird in my heart that
wants to get out
but I pour whiskey on him and inhale
cigarette smoke
and the whores and the bartenders
and the grocery clerks
never know that
he’s
in there.

there’s a bluebird in my heart that
wants to get out
but I’m too tough for him,
I say,
stay down, do you want to mess
me up?
you want to screw up the
works?
you want to blow my book sales in
Europe?

there’s a bluebird in my heart that
wants to get out
but I’m too clever, I only let him out
at night sometimes
when everybody’s asleep.
I say, I know that you’re there,
so don’t be
sad.

then I put him back,
but he’s singing a little
in there, I haven’t quite let him
die
and we sleep together like
that
with our
secret pact
and it’s nice enough to
make a man
weep, but I don’t
weep, do
you?

Y con eso, lo dejo aquí.

Con una fotografía de uno de mis últimos atardeceres en el ejército y un poema.