Está entrada está basada en una publicación en el diario The Guardian. La leí hace unos días y me pareció bastante concisa y que iba directo al grano. Quizás te sirva para conseguir un mejor balance Trabajo-Vida.
Ahí van los diez punto:
1.- Aléjate del e-mail: Una de las caballos de troya con los cuales tu oficina se logra meter en tu vida. En tu casa. En tu familia. En una cena con tus amigos. En medio de las sábanas de tu cama. Es el famoso, querido y odiado: e-mail. No es que el e-mail sea algo malo y destructivo. No lo es. Nos ahorra muchísimo trabajo y ha hecho que nuestra manera de trabajar sea más eficiente. Pero al mismo tiempo, ha convertido nuestro tiempo libre en casa, en tiempo rentable para la oficina. Los jefes te exigen ver el e-mail en horas que no son de trabajo. Se sorpenden mucho, si es que han mandado un e-mail a las 8 de la noche y al día siguiente, muy temprano en la mañana, aún no lo has leído. En casa trato de estar alejado del e-mail lo más que puedo. No siempre lo logro (por el tipo de trabajo que hago) pero uso todas las triquiñuelas posibles para no checkearlo casi nunca. La que más uso es la escoger una hora específica, digamos 8 de la noche para checkearlo en casa. Nunca antes, nunca después. Si es que me puedo saltear las 8 de la noche y no checkearlo. Mil veces mejor.
2.- Solo di que no: Decir que no, es una de las mejores cosas que puedes hacer en la oficina. Si le dices «Si» a todo, vas a ser un eterno esclavo del sistema. Las tareas se te van a acumular de tal manera que no vas a poder cumplir con todos ni con todas. Si logras hacerlas, no las vas a hacer de la mejor manera posible, porque sencilla y llanamente novas a tener el tiempo suficiente para tanta tarea junta. Cuando no puedas o sientas que te estás sobrecargando di NO y no des más justificaciones al respecto. Eso no implica ser rudo o algo por el estilo. Decir NO es un derecho perdido y la gente del trabajo tiene que comenzar a entender de que tú, de cuando en cuando, puedes y debes decir NO.
3.- No trabajes duro, trabaja inteligente: Está comprobado de que eres más productivo si que estás más descansado. Es obvio: Tu cerebro necesita de suficientes horas de sueño para estar al máximo de su capacidad creativa y para tener la capacidad de solucionar problemas de la manera más óptima posible. Aprende a generar descansos dentro del trabajo. Aprende a racionar tu tiempo. Busca técnicas de productividad. Las puedes encontrar en este blog o en muchos otros. Lo importante es, que cuando llegues a descansar. Descansa. Cuando llegues a casa. Quédate en casa. Cuando llegues a la cama. Pues duermete. He sido criado en la lógica de hacer primar el trabajo sobre el sueño. El fin justifica los medios, me han dicho por ahí. En el ejército en una unidad de élite como la mía, se despreciaba el sueño. El sueño era para los débiles y para los cobardes. Para los flojos y para los enfermos. Gracias a la ciencia, esa perspectiva está cambiando mucho. Estudios en soldados han demostrado y demuestran cada día más que la falta de sueño, genera que los huesos se descalcifiquen, que los músculos no se regeneren después de un esfuerzo intensivo, que tu capacidad para operar de una manera más o menos aceptable después de 24 horas sin sueño, descienda de la de un soldado de élite, a la de un recluta con una semana en el ejército. Pierdes gran parte de tus capacidades y tu razonamiento se vuelve bastante torpe. Lo he sentido en carne propia. Hacer mediciones topográficas después de tres días sin dormir se hace prácticamente imposible. Hacer mediciones de viento, gravedad, velocidad y distancias (para francotiradores como yo) en segundos se vuelven tareas impracticables. Lo mismo que pasa en el cerebro y cuerpo de los soldados, pasa en el cerebro y cuerpo de los oficinistas desvelados. Hay que trabajar duro y descansar con la misma pasión también.
4.- Deja el trabajo en el trabajo: Claro. Una vez que sales de la oficina el trabajo debe quedarse ahí. No siempre es posible con tanta tecnología y con tanto mail que llega fuera de las horas de trabajo, pero como he dicho antes. Hay que disminuir drásticamente nuestra exposición a los mails en horas de casa. Hay que tratar de considerar que nuestra casa es un templo o una fortaleza. Yo la veo más como fortaleza, ya que me gusta todo lo relaciona con soldados y cosas así. Intento por todo los medios evitar que mi enemigo «trabajo de oficina» conquiste mi fuerte » casa». Si tengo que tirarle aceite hirviendo a alguien para lograrlo, pues lo hago. El fin justifica los medios en este caso.
5.- Olvidate de la perfección: Haz las cosas bien. Sé una persona que rinde en un alto nivel, pero no seas perfeccionista. Los perfeccionista no tienen vida. No tienen tiempo para tenerla. Viven y mueren para el trabajo. Y lo más seguro es que mueran un día en su trabajo de un paro cardiaco y que nadie se acuerde de la perfección de su manera de trabajar.
6.- No seas un martir: Los martires en las guerras, mueren primero y se ganan una bonita medalla de reconocimiento. Su mujer va a recibirla. Todos los van a recordar con respecto y con cariño, ¿pero sabes que? Ellos YA NO viven más. El martirio no es algo que debamos desear o algo a lo que aspirar. Podemos quizás aspirar a un sacrificio corto para conseguir un beneficio para nosotros o para nuestro grupo. Un mártir es el que se desprecia su vida y la considera un precio justo para conseguir algún objetivo. No creo que existan muchos objetivos en este mundo, salvo luchar por la casa, por el hogar y por tu pueblo, que puedan ser validos para el martirio. La vida es hermosa y sacrificarla para que tu organización o para que tu jefe quede bien con alguien más, pues no vale la pena. Créeme que en unos años cuando estés desgastado y no hagas el trabajo como antes, nadie, ni siquiera ese mismo jefe, se va a acordar de que un día lo diste todo por él.
7.-Baja un poco tu deseo de adrenalina: ¿Quieres adrenalina? Anda a saltar en paracaídas en tu tiempo libre, vete a un safari a Africa, o voluntarizate a Medicos sin fronteras, pero no la busques llenandote de tareas en la oficina. Buscando esa sensación de que eres «indispensable». No eres indispensable, créemelo. Eres reemplazable tal como Steve Jobs lo fue. No busques dejar tu sangre adrenalínica en el trabajo. No lo vale.
8.-Piensa acerca de tu retiro: No me refiero al dinero, que sería bueno que pienses en él. Me refiero a que si tu trabajo es tu vida, ¿Qué vas a hacer cuando esa «vida» se termine? Muchos jubilados entran en una depresión profunda, por el único hecho que no están haciendo lo que toda la vida han hecho. No importa si lo que han hecho toda la vida fue ser policías o basureros, abogados o ingenieros forestales. Muchos se desmoronan cuando reciben la carta de jubilación y pasa así porque estaban interesados en UNA SOLA cosa. Abre tu mente e interesate en miles más. Puedes elegir desde el tejido con palitos hasta la escalada en roca. Hay millones de actividades que puedes empezar a hacer hoy. Tu trabajo debe ser solo una de ellas. No la única.
9.-Hazlos esperar: No le digas sí a todos y menos aún cuando les digas sí, te hagas el proactivo y soluciones lo que te piden en menos de cinco minutos. Si lo haces, se van a acostumbrar de que siempre seas así. Que tu rendimiento debe ser de esa manera y si un día no lo eres, van a quejarse de lo mal y lento que estás haciendo las cosas. Hazlos esperar, desde el principio. Tomate tu tiempo en responder un mail. Tomate tu tiempo en responderles un mensaje de texto. Tienes una vida: Acuérdate de eso. Tu trabajo es solo una parte insignificante de ella.
10.-Hazte tus propias reglas: Yo tengo las mías. Este blog esta lleno de reglas que me he propuesto seguir. Que he aprendido de mucha gente inteligente desperdigada por el mundo y por la internet. Hay algunas reglas que sigo con mayor fidelidad. Hay otras en las que soy medio flojillo, pero siempre busco mejorar mi relación trabajo-vida. Busco dejar de lado esa sensación de que mi trabajo es mi vida. He aprendido que no lo es. Es solo una parte de ella. Una parte que a veces me gusta y otras, no tanto. Una parte que hay saber manejar para que no interrumpa en las otras, también importantes, partes de tu existencia: La familia, los amigos, los hobbies y la infinidad de actividades y hábitos que conforman lo que llamamos vida.
Bueno, espero que estos 10 puntos te sirvan de algo y te ayuden un poquito a dejar la ofi en la ofi.
Gracias por leer.