Diez tips para mejorar la relación Trabajo-Vida

Está entrada está basada en una publicación en el diario The Guardian. La leí hace unos días y me pareció bastante concisa y que iba directo al grano. Quizás te sirva para conseguir un mejor balance Trabajo-Vida.

Ahí van los diez punto:

1.- Aléjate del e-mail:  Una de las caballos de troya con los cuales tu oficina se logra meter en tu vida. En tu casa. En tu familia. En una cena con tus amigos. En medio de las sábanas de tu cama. Es el famoso, querido y odiado: e-mail. No es que el e-mail sea algo malo y destructivo. No lo es. Nos ahorra muchísimo trabajo y ha hecho que nuestra manera de trabajar sea más eficiente. Pero al mismo tiempo, ha convertido nuestro tiempo libre en casa, en tiempo rentable para la oficina. Los jefes te exigen ver el e-mail en horas que no son de trabajo. Se sorpenden mucho, si es que han mandado un e-mail a las 8 de la noche y al día siguiente, muy temprano en la mañana, aún no lo has leído. En casa trato de estar alejado del e-mail lo más que puedo. No siempre lo logro (por el tipo de trabajo que hago) pero uso todas las triquiñuelas posibles para no checkearlo casi nunca. La que más uso es la escoger una hora específica, digamos 8 de la noche para checkearlo en casa. Nunca antes, nunca después. Si es que me puedo saltear las 8 de la noche y no checkearlo. Mil veces mejor.

2.- Solo di que no: Decir que no, es una de las mejores cosas que puedes hacer en la oficina. Si le dices «Si» a todo, vas a ser un eterno esclavo del sistema. Las tareas se te van a acumular de tal manera que no vas a poder cumplir con todos ni con todas. Si logras hacerlas, no las vas a hacer de la mejor manera posible, porque sencilla y llanamente novas a tener el tiempo suficiente para tanta tarea junta. Cuando no puedas o sientas que te estás sobrecargando di NO y no des más justificaciones al respecto. Eso no implica ser rudo o algo por el estilo. Decir NO es un derecho perdido y la gente del trabajo tiene que comenzar a entender de que tú, de cuando en cuando, puedes y debes decir NO.

3.- No trabajes duro, trabaja inteligente: Está comprobado de que eres más productivo si que estás más descansado. Es obvio: Tu cerebro necesita de suficientes horas de sueño para estar al máximo de su capacidad creativa y para tener la capacidad de solucionar problemas de la manera más óptima posible. Aprende a generar descansos dentro del trabajo. Aprende a racionar tu tiempo. Busca técnicas de productividad. Las puedes encontrar en este blog o en muchos otros. Lo importante es, que cuando llegues a descansar. Descansa. Cuando llegues a casa. Quédate en casa. Cuando llegues a la cama. Pues duermete. He sido criado en la lógica de hacer primar el trabajo sobre el sueño. El fin justifica los medios, me han dicho por ahí. En el ejército en una unidad de élite como la mía, se despreciaba el sueño. El sueño era para los débiles y para los cobardes. Para los flojos y para los enfermos. Gracias a la ciencia, esa perspectiva está cambiando mucho. Estudios en soldados han demostrado y demuestran cada día más que la falta de sueño, genera que los huesos se descalcifiquen, que los músculos no se regeneren después de un esfuerzo intensivo, que tu capacidad para operar de una manera más o menos aceptable después de 24 horas sin sueño, descienda de la de un soldado de élite, a la de un recluta con una semana en el ejército. Pierdes gran parte de tus capacidades y tu razonamiento se vuelve bastante torpe. Lo he sentido en carne propia. Hacer mediciones topográficas después de tres días sin dormir se hace prácticamente imposible. Hacer mediciones de viento, gravedad, velocidad y distancias (para francotiradores como yo) en segundos se vuelven tareas impracticables. Lo mismo que pasa en el cerebro y cuerpo de los soldados, pasa en el cerebro y cuerpo de los oficinistas desvelados.  Hay que trabajar duro y descansar con la misma pasión también.

4.- Deja el trabajo en el trabajo: Claro. Una vez que sales de la oficina el trabajo debe quedarse ahí. No siempre es posible con tanta tecnología y con tanto mail que llega fuera de las horas de trabajo, pero como he dicho antes. Hay que disminuir drásticamente nuestra exposición a los mails en horas de casa. Hay que tratar de considerar que nuestra casa es un templo o una fortaleza. Yo la veo más como fortaleza, ya que me gusta todo lo relaciona con soldados y cosas así. Intento por todo los medios evitar que mi enemigo «trabajo de oficina» conquiste mi fuerte » casa». Si tengo que tirarle aceite hirviendo a alguien para lograrlo, pues lo hago. El fin justifica los medios en este caso.

5.- Olvidate de la perfección: Haz las cosas bien. Sé una persona que rinde en un alto nivel, pero no seas perfeccionista. Los perfeccionista no tienen vida. No tienen tiempo para tenerla. Viven y mueren para el trabajo. Y lo más seguro es que mueran un día en su trabajo de un paro cardiaco y que nadie se acuerde de la perfección de su manera de trabajar.

6.- No seas un martir: Los martires en las guerras, mueren primero y se ganan una bonita medalla de reconocimiento. Su mujer va a recibirla. Todos los van a recordar con respecto y con cariño, ¿pero sabes que? Ellos YA NO viven más. El martirio no es algo que debamos desear o algo a lo que aspirar. Podemos quizás aspirar a un sacrificio corto para conseguir un beneficio para nosotros o para nuestro grupo. Un mártir es el que se desprecia su vida y la considera un precio justo para conseguir algún objetivo. No creo que existan muchos objetivos en este mundo, salvo luchar por la casa, por el hogar y por tu pueblo, que puedan ser validos para el martirio. La vida es hermosa y sacrificarla para que tu organización o  para que tu jefe quede bien con alguien más, pues no vale la pena. Créeme que en unos años cuando estés desgastado y no hagas el trabajo como antes, nadie, ni siquiera ese mismo jefe, se va a acordar de que un día lo diste todo por él.

7.-Baja un poco tu deseo de adrenalina: ¿Quieres adrenalina? Anda a saltar en paracaídas en tu tiempo libre, vete a un safari a Africa, o voluntarizate a Medicos sin fronteras, pero no la busques llenandote de tareas en la oficina. Buscando esa sensación de que eres «indispensable». No eres indispensable, créemelo. Eres reemplazable tal como Steve Jobs lo fue. No busques dejar tu sangre adrenalínica en el trabajo. No lo vale.

8.-Piensa acerca de tu retiro: No me refiero al dinero, que sería bueno que pienses en él. Me refiero a que si tu trabajo es tu vida, ¿Qué vas a hacer cuando esa «vida» se termine? Muchos jubilados entran en una depresión profunda, por el único hecho que no están haciendo lo que toda la vida han hecho. No importa si lo que han hecho toda la vida fue ser policías o basureros, abogados o ingenieros forestales. Muchos se desmoronan cuando reciben la carta de jubilación y pasa así porque estaban interesados en UNA SOLA cosa. Abre tu mente e interesate en miles más. Puedes elegir desde el tejido con palitos hasta la escalada en roca. Hay millones de actividades que puedes empezar a hacer hoy. Tu trabajo debe ser solo una de ellas. No la única.

9.-Hazlos esperar: No le digas sí a todos y menos aún cuando les digas sí, te hagas el proactivo y soluciones lo que te piden en menos de cinco minutos. Si lo haces, se van a acostumbrar de que siempre seas así. Que tu rendimiento debe ser de esa manera y si un día no lo eres, van a quejarse de lo mal y lento que estás haciendo las cosas. Hazlos esperar, desde el principio. Tomate tu tiempo en responder un mail. Tomate tu tiempo en responderles un mensaje de texto. Tienes una vida: Acuérdate de eso. Tu trabajo es solo una parte insignificante de ella.

10.-Hazte tus propias reglas: Yo tengo las mías. Este blog esta lleno de reglas que me he propuesto seguir. Que he aprendido de mucha gente inteligente desperdigada por el mundo y por la internet. Hay algunas reglas que sigo con mayor fidelidad. Hay otras en las que soy medio flojillo, pero siempre busco mejorar mi relación trabajo-vida. Busco dejar de lado esa sensación de que mi trabajo es mi vida. He aprendido que no lo es. Es solo una parte de ella. Una parte que a veces me gusta y otras, no tanto. Una parte que hay saber manejar para que no interrumpa en las otras, también importantes, partes de tu existencia: La familia, los amigos, los hobbies y la infinidad de actividades y hábitos que conforman lo que llamamos vida.

Bueno, espero que estos 10 puntos te sirvan de algo y te ayuden un poquito a dejar la ofi en la ofi.

Gracias por leer.

Foco

Aprender a enfocarme es quizás uno de los hábitos que más rédito me ha dado.

Enfocarse requiere práctica, constancia y estar en ello la mayoría del tiempo.

Cuando aprendes a estar enfocado, tu efectividad aumenta de manera exponencial y por ende tu productividad se dispara hacia las nubes. Prácticamente todo mejora cuando te enfocas. Tu trabajo. Tus relaciones. Tus entrenamientos. Tu manera de escribir. Tu día a día y por ende todos tus días.

Pero mantenerte enfocado cuesta. Es difícil renunciar a todas las distracciones que nos rodean y dedicarnos a UNA sola tarea (al fin y al cabo, a eso se le llama foco). Más aún, hoy en día, con los teléfonos funcionando como recordatorios de que hay un mundo inmenso y excitante que suplica por un poquito de nuestra atención. Te llueven whatsapps, notificaciones de Facebook, notificaciones del mail, una llamada perdida, un mensaje de texto, un tweet. Todo eso está ahí haciendo que te sientas ocupado. Útil. Vivo. Acompañado. Pero ¿enfocado?…nop.

Porque enfocarse es renunciar. Renunciar a todas las infinitas posibilidades de hacer infinitas cosas y dedicar TODA tu atención solo a UNA. Y esa única cosa se va a convertir en tu mundo entero en ese preciso instante.

Hemos crecido en un mundo multitasking, en el que hacer varias cosas a la vez es visto como productivo. Aunque si haces un pequeño experimento  y te dedicas a hacer cinco cosas a la vez, o en su lugar, las mismas cinco cosas en un orden de una tras otra; te darás cuenta que terminas antes haciéndolas una por una.

Un proverbio Zen dicta: «Cuando camines, camina. Cuando comas, come…»

Y esto lo puedes llevar a cualquier rincón de tu vida. Desde tu productividad en la oficina. Dedicándote a hacer una tarea tras otra y no todas a la vez. Hasta tu relación de pareja: Cómo puedo estar con alguien cuando estoy metido en el teléfono. Sumergido en el mundo paralelo del Instagram o del Facebook. Obviamente, físicamente, puedo estar con alguien y estar a su lado. Pero mi mente no está ahí. Así que no estoy. Y cada vez estamos menos. Y cada vez nos enfocamos menos en las personas reales que nos rodean. El aprender a enfocarte te puede ayudar a controlar eso. Cuando estés con alguien pues aprende a estar. No hagas más nada por unos minutos que estar ahí. prestándole atención, identificándote con esa persona, interactuando al cien por cien.

Como dije antes: Enfocarte requiere práctica y constancia. Puedes tener todas las intenciones del mundo de querer vivir una vida dentro del foco pero si estás rodeado de distracciones lo más probable es que no puedas hacerlo. Así que primero lo primero.

Para empezar a enfocarte debes eliminar TODAS  o la mayoría de las distracciones que te rodean.

¿Quieres escribir? Apaga tu teléfono. Créeme que no va a pasar nada si lo haces. ¿No lo quieres apagar? Ponlo en silencio. Pon la pantalla hacia abajo y déjalo ahí. No lo voltees hasta que hayas terminado la cantidad de palabras que te habías propuesto escribir. Este proceso es el que yo repito cada vez que escribo un post o cualquier cosa. Es magnífico.

¿Quieres tener un buen entrenamiento? Pues lo mismo. Concéntrate en cada uno de los músculos que estás activando. Piensa en tu respiración, en tu resistencia, en la velocidad con la que late tu corazón. Si tu cuerpo está en actividad, pues préstale TODA tu atención. Obviamente apaga el teléfono también.

¿Quieres pasa un buen momento de pareja? Concéntrate en el instante. Enfócate en él o en ella. Conversa, sonríe, mírala/lo a la cara. No tejes que un tweet te arruine el momento.

Y así sucesivamente. Enfocarte en una sola actividad/tarea va a hacer que seas más eficiente. Esa eficiencia va a dejarte más tiempo libre y ese tiempo libre lo puedes llenar haciendo cosas que te gustan.

Sigo aprendiendo cada día. Hay días que pierdo el foco completamente y me encuentro nuevamente en la multitaréa. Pero apenas me doy cuenta, regreso al foco lo más pronto posible y produzco más en menos.

 

 

 

 

Revisión de lo últimos seis meses de minimalismo

En esta nueva vida que es tener las cosas que realmente necesito y prescindir del resto, he aprendido a que con el tiempo que «ahorro» teniendo menos cosas, se pueden hacer muchísimas actividades  que antes no podía por la falta de tiempo. Por la falta de energías. Por las pocas ganas que me quedaban después de trabajar seis días a la semana con algunos días de doce horas al día.

Eso es lo que quiero compartir con ustedes. El concepto es simple.

Ten menos cosas y el tiempo libre en tu vida va aumentar de una manera inversamente proporcional.

Les quiero contar sobre las cosas y proyectos que he empezado a desarrollar en estos últimos seis meses y que antes no podía llevar a cabo por falta de tiempo.

  • Ejercicio diario: De media hora a cuarenta minutos entrenando Crossfit o corriendo. Este último año he llegado al mejor estado físico de mi vida.
  • Escritura diaria: Ahora escribo todos los días sin excusas.
  • Leer en otros idiomas: Me he propuesto leer más fluido en otros idiomas. He mejorado mucho leyendo en ingles (estoy terminando ya dos libros en ese idioma) y he mejorado muchísimo más leyendo en hebreo.
  • He abierto un nuevo blog: He decidido abrir un nuevo blog. En él intento compartir contenido cultural variado. Algo así como un magazine. Publico entre dos a tres posts diarios, todos los días. El blog se llama Interselecciones. Si quieres darle un vistazo, eres más que bienvenido.
  • Mejorar mi nivel de ingles hablado: Quiero llegar a tener un nivel bastante alto en ingles y para eso lo estoy practicando todos los días, leyendo y hablando todo lo que pueda.
  • Aprender Italiano: Estoy empezando a aprender la gramática del Italiano. Pensé que por saber español, aprender otro idioma Romance no sería tan difícil, pero lo es. La gramática en Italiano no es tan fluida como pensé.
  • Aprender a ser más productivo: Con la mejor administración de mi tiempo, me he dado más tiempo para aprender a darme cada vez más tiempo. Sé que suena confuso, pero si le siguen la línea, tiene bastante lógica. En resumen: Cada vez aprendo a manejar mi tiempo mejor.

Y lo mejor de todo: Estoy mucho menos estresado.

Tener menos cosas, es gastar menos, gastar menos es que puedes decidir trabajar menos, trabajar menos te deja más tiempo para hacer lo que te dé la gana. La decisiones de hacer o de no hacer con tu tiempo lo que te dé la gana, las tomas solo tú.

 

6 Reglas para simplificar el trabajo, conforme se vuelve más complejo

Dando vueltas por TED me encontré esta conferencia que está con subtitulos en español.

Un lujo poder tener todas estás grandes ideas de gratis. La relación entre productividad y nivel de vida es inmensa. Mientras «mejor» produces, «mejor» capacidad tienes de distribuir tu tiempo. Al distribuirlo bien, puedes llegar a conseguir mucho tiempo «libre» para hacer las cosas que realmente quieres hacer. En mi caso, estar en casa con la familia, hacer deporte, leer o dormir o viajar.

Los dejo con la conferencia:

Espero que la disfruten.

Diez verdades que suelen doler

Estuve leyendo bastante este fin de semana y me topé con un artículo que me enumeraba diez verdades que suelen doler y que solemos olvidar muy pronto. El artículo estaba en ingles en una página que no he podido volver a encontrar. Voy a tratar de recordarlo lo mejor que pueda. Además de eso voy a aportar lo que pueda al mismo.

Hay verdades totales para todos nosotros. Algunos nos percatamos de ellas antes. Otros un poco después. Al fin y al cabo en algún momento y en algún lugar de nuestra vida terminamos convenciéndonos de su autenticidad y quizás podemos arrepentirnos un poquito por no haberlas escuchado o no haberles prestado atención un poco antes. Muchas veces estás verdades vienen de la boca de un padre. De un buen amigo. De tu pareja o de alguien que se interesa por ti realmente.

Diez verdades:

1.-La vida humana promedio es muy corta.

Pues sí. Y como todos los sabemos vivimos un promedio de ochenta años. Todos muy dentro de nosotros sabemos que vamos a morir. Sabemos que  todo lo que llamamos vida va a terminar. Y eso nos pone en una especie de paradigma filosófico: «Si la vida se va a terminar haga lo que haga. Me preocupe por lo que me preocupe. Entonces ¿Debo pasármelas pensando en como voy a vivir los últimos años de mi vida  y en las comodidades que podría tener en ese momento? O sencillamente ¿Dejar de lado el mañana y vivir cada día como si fuera el último sin pensar en nada más que en el presente?»

Pues para mí. Ni lo uno ni lo otro. Hay que ser conscientes de nuestra mortalidad y de que quizás lleguemos a envejecer y que debemos guardar un poco de pan para Mayo pero al mismo tiempo tenemos que entender que lo que llamamos vida es lo que está sucediendo en este preciso instante. Sí, ahora que estás leyendo estás lineas frente a ti. Y ahora y solo ahora eres dueño de tu tiempo y de tu destino. El futuro puede tener un y mil millones de variables. No las puedes dominar todas. Ni siquiera las puedes imaginar en su total magnitud. Es mucho más realista vivir el hoy de la mejor manera posible. Entendiendo que va a haber un mañana.

Vive tu vida hoy. La muerte no es la peor desgracia en la vida. La peor desgracia es que en el último día de tu existencia te arrepientas de como viviste tu vida y de que no viviste lo suficiente. Sé valiente. Sé arriesgado. Conoce. Curiosea. Ama. Ahora.

2.- Tú solo vas a vivir una sola vez la vida que has creado para ti mismo.

Tu vida es tuya y solamente tuya. Otras personas te pueden aconsejar y recomendar sus puntos de vista. Pero tu vida la debes vivir como a ti te de la gana. No pierdas el tiempo siguiendo concejos que van en contra de tu intuición. Sigue lo que la razón y el corazón de dicen que esta bien. No recrimines al resto por tus errores. Las responsabilidades por tus actos buenos o malos son solo tuyas. Aprende a sentirte orgulloso de lo que vas construyendo con tu existencia día a día. Aprende a corregir tus propios errores diarios. No tienes demasiado tiempo para perder el tiempo divagando. Tienes que creer en ti porque eso es lo único que te va a empujar a hacer. Si yo pensara que escribo muy mal. No estaría escribiendo estás lineas y publicándolas para que todo el mundo las lea. Creo en mi mismo y en mi capacidad de transmitir lo que siento por medio de la palabra escrita. Pero no solo me quedo creyendo que lo hago. Escribo y lo plasmo. 

3.- Estar más ocupado no significa que seas más productivo.

Hace un par de años comencé a rediseñar  mi vida. Antes me la pasaba ocupado todo el tiempo. Contestando el teléfono a todas horas. Revisando los e-mails que me apresuraba en contestar. Pensando constantemente en lo que me esperaría en la oficina al día siguiente. Me sentía útil sintiéndome ocupado. Me sentía importante sintiéndome ocupado. Estar ocupado es adictivo. Me gustó hasta que me di cuenta que el estrés me mantenía cansado todo el día. Se me subía la presión de cuando en cuando. Me enojaba mucho. Decidí cambiar mis hábitos laborales. Aprendí que la productividad no implica el cuan ocupado estés o te sientas sino en como administrar el tiempo de la manera más rentable posible. Así hoy por hoy trabajo solo las horas de la oficina y estoy completamente libre en casa. Prácticamente no recibo ninguna llamada de nadie del trabajo en mi tiempo libre. En resumen: Tengo mucho más tiempo para hacer lo que quiero en mi tiempo libre y mi trabajo se sigue haciendo a la perfección. Todo por organizar.

4.- Vas a fallar mucho antes de llegar a ser exitoso en algo.

Fácil. No puedes ser muy bueno en algo si es que no has sido muy malo en lo mismo al principio.  Salvo que seas un prodigio. A todos nosotros nos costo trabajo aprender algo y más aún llevarlo a la perfección. Me equivoqué mucho antes de aprender a hablar español. Y ahora es mi lengua materna. Me equivoqué mucho y me caí bastante antes de caminar y aquí estoy corriendo de un lado al otro. Todo. Absolutamente todo lo que quieras aprender lo vas a poder aprender si es que le pones el empeño necesario (y lo repites hasta el hartazgo pese a las equivocaciones) Puedes hablar chino mandarín si quieres o hebreo en mi caso. Al final, la llave del  éxito se encuentra en la constancia.

5.- Pensar y hacer son dos cosas completamente distintas.

Para llegar a ser exitoso en algo tan simple como en amarrarte los zapatos tienes,  por lo menos, dejar solo de pensar  que un día te los vas a amarrar y debes pasar a la acción. Tomar el pasador, tomar el otro y comenzar a anudar. Puedes pasarte toda la vida pensando en hacer cosas grandiosas pero si no las haces, todas esas horas de elucubraciones no habrán valido de nada. A mi lo que me apasionan son lo viajes. Me encanta viajar. Si me propongo ir a un sitio sé que lo voy a hacer porque confío en mi mismo. Sé que quizás me tome un par de años y constancia con los ahorros y los preparativos. Pero si quiero llegar por ejemplo a la cima del Everest. Estoy seguro de que lo voy a hacer (o al menos moriré en el intento). A lo que voy es que el pensamiento no sirve de nada si es que no se ve acompañado de una acción correspondiente. Obviamente que todos tenemos proyectos inconclusos, Que se quedan a medias. Que se quedan solo en ideas. Pero que se queden así solo porque otros proyectos mejores absorbieron nuestras energías y nuestro tiempo. Un acto vale más que mil palabras y un hecho más que un millón de pensamientos. No importa si no te sale nada bien. Todo es cuestión de constancia. Práctica y fuerza de voluntad

6.- No tienes que esperar unas «Disculpas» para perdonar.

Perdonar es una actitud. Dejar pasar lo que ya paso. Dejar que cualquier acto o dicho en contra tuyo no sea más que algo que ayudo a ser lo que eres en este preciso momento. Unas «disculpas» siempre son bien recibidas pero si ya dejaste ir la ofensa el perdonar te va a ser mucho más fácil.

7.- Algunas personas sencillamente no son para ti.

Hay personas que sencillamente no hacen click con lo que somos. Con nuestra esencia. Con nuestra personalidad. No hacen click con nosotros y hay que entenderlo. No hay que forzar las relaciones que sentimos que no van para ningún lado. No solo las de pareja, sino también las de amigos y hasta familiares. Hay personas que sencilla y llanamente no van a aceptarte a ti como eres y tú no vas a aceptar su manera particular de ver las cosas y eso esta bien. A eso se le llama diversidad de pensamiento y hay que entender de que es algo presente en la mayoría de relaciones humanas. No todos te van caer bien. No todos o todas pueden ser potenciales parejas. No tu familia por el hecho de tener tu sangre te va a aceptar como eres ni tu a ellos.  Hay que sobrellevar el hecho de que hay personas que nos dañan y que pese a la importancia que tengan hasta ese momento en nuestras vidas, hay que dejarlas ir.

8.- No es el trabajo de otra gente quererte sino que es el tuyo propio.

Amate. Sé que tienes defectos y  puede ser que tengas defectos horribles pero te tienes que aprender a querer por lo que eres, por quien eres, por lo que has sido y por lo que vas a ser. A veces solemos esperar los feedbacks de los demás. Sus demostraciones de cariño. Sus muestras de amor. Y cuando no las tenemos nos sentimos vacío e insatisfechos. Nos sentimos No queridos. Esto cambia bastante cuando te llegas a creer que eres una persona maravillosa y que si bien es lindo cuando otra gente te ama, pues no es lo más importante en tu existencia porque tú te amas de sobra y sabes lo que vales y lo que eres. Aprender a reconocer tu valor es uno de los mejores descubrimientos que puedes hacer en tu vida. Descubrir America no es nada al lado de encontrar tras la bruma la inmensa belleza de tu existencia.

9.- Lo que tienes NO es lo que tú eres.

Puedes tener una linda casa, una linda esposa, unos lindos hijos y sentirte una mierda. Puedes inclusive realmente ser una mierda. Las  cosas realmente no tienen nada que ver con lo que realmente eres tú. Puedes ser bueno o malo. Un exitoso o un perdedor y la cantidad de cosas que tengas acumuladas en tu casa no van a brindar casi ninguna información al respecto. Las cosas son solo eso: Cosas. Sin ningún valor específico, salvo el que le damos según la sociedad en la que vivimos.

Tenemos que crear una cultura propia que nos evite el bombardeo mediático del marketing. Tenemos que ser fuertes para entender que en este tipo de economía que tenemos, nos impulsan todos los días a consumir más y más, cuando la verdad es que nos la podemos arreglar con muchísimo menos. Hay que dejar la televisión de lado. Hay que dejar la prensa amarillista de lado. A quien demonios le interesa que Ellen Page sea lesbiana o no. Cada minuto de tu VIDA que uses pensando en el sueño de comprar algo nuevo y hermoso se lo estás regalando al lavado de cerebro del sistema. Es un pobre minuto perdido y tristemente desperdiciado.

Elige tus lecturas. Elige lo que ves. Ama tu vida y se celoso del tiempo que regalas al estar sentado dos o tres horas en el sofá viendo publicidad o el culo de Kim Kardashian. El tiempo que gastas frente a la publicidad  son los minutos, las horas, los días más desperdiciados de tu existencia.

10.- Todo cambia. Cada segundo.

Ama el cambio. La vida puede dar giros inesperados cada segundo de nuestra existencia. Los buenos momentos no duran por siempre y se tornan en malos. Al igual que lo malos dejan de serlo y se van a volver buenos. Porque eso es la vida. Un fluido consecutivo de cambios microscópicos (en el caso de la edad) que nos llevan de ser un ser cabezón y blandito bebe cagón a ser un anciano en la banca de un parque recordando los mejores tiempos. La vida es cambio. Evolución e involución. Mejoramos para desmejorar. Maduramos para morir y eso es lo le da, precisamente, la exquisitez a nuestra existencia. Que nada es igual. Que nada se mantiene. Que todo sigue su camino. Que la función continua con o sin nosotros. Que no somos el centro del universo y debemos aprender a fluir con él. Sacándole el jugo a nuestros momentos. Viendo más amaneceres. Mojándose con más lluvias. Perdonando más y odiando menos. Entendiendo que si estamos mal hoy. Pues no va a durar para siempre porque todo cambia en este mundo. Y hasta el mismo mundo cambia día a día. Recibe el cambio. Abrázalo y llévalo a dar un paseo.

 

Primer día de la semana

Para la mayoría de ustedes el primer día de la semana es el Lunes. Para mí y para las seis millones de personas que viven en Israel el primer día de la semana es el Domingo. Realmente no importa si el primer día de la semana es el uno o el otro. Lo que si importa, al fin y al cabo, es el impacto psicológico que tiene casi siempre «el primer día de la semana» en nuestro nivel de motivación. Casi siempre el primer día de la semana es un día de mierda. Acabamos de terminar el fin de semana. Acabamos de saborear lo que es el espacio y lo que es aprovechar nuestro tiempo como queramos el Sábado y el Domingo o el Viernes y el Sábado (en mi caso) para, al fin y al cabo, volver a la rutina semanal. A la insaciable vorágine del sistema en el que nos tocó jugar. Vivir. Amar. Existir.

Así que a casi nadie le gusta el primer día de la semana. Es un día incomprendido. Es un día odiado. Aunque de vez en cuando podría ser diferente…

Hoy es Domingo en Israel (primer día de semana) y hoy no he ido a trabajar. He visto  la ciudad de Tel Aviv levantarse muy temprano a cumplir con sus labores. He visto a la gente moverse de un lugar a otro a regañadientes. Con las caras de «hoy es Domingo…».  Yo en cambio me he quedado en casa. Tomando el día despacio. He comido sano. He entrenado duro. He escrito un articulo para el blog. He sacado al perro a pasear dos veces. He limpiado mi departamento y hasta lo he trapeado. He llamado a mi abuela y la he saludado por su cumpleaños. Siempre con buena música de ambiente. Siempre con una sonrisa en la cara.

He disfrutado cada instante de este «Primer día de la semana». Hace tiempo que no me sentía así en un Domingo. Y es bueno acordarse que no es culpa del Domingo ser Domingo ni del Lunes ser Lunes. Nosotros los convertimos en lo que son y si nosotros queremos los podemos transformar en algo mucho más llevadero. Inclusive pueden llegar a ser días hermosos y productivos.

Estoy planeando seriamente en guardarme un Domingo al mes para mi. Creo que vale el dinero «perdido». Me ha dado un subidón emocional darme cuenta que a partir de mañana me quedan solo cuatro días de trabajo y que hoy he disfrutado de mi día solo. Y he disfrutado de mi soledad al máximo.

Solo me queda recomendar esta pequeña experiencia para que alguno de ustedes se aventure a hacer una pequeña revolución personal contra el sistema y a favor de si mismo. Vale la pena.

Afrontar problemas…de a pocos

Desde hacer una maratón. Pasando por terminar la carrera universitaria. O hacer ejercicio a diario son situaciones que necesitan de  nuestra más alta capacidad de resistencia. Cuando pensaba que correr 42 Km era imposible. Pues era imposible para mí porque me sentía abrumado con la magnitud de la distancia. Veía TODOS los cuarenta y dos kilómetros juntos encima mío y no me atrevía a correr ni uno. Así que siempre me dije que nunca iba a poder  TERMINAR una maratón. Porque jamás me iba a atrever a correr alguna de lo larga que era.

El secreto de sobrellevar cualquier problema de proporciones «colosales»  es conformarte y nada más que conformarte con LLEGAR A LA PRÓXIMA COMIDA.

¿Llegar a la próxima comida?

¿Cómo es eso? te estarás preguntando.

Pues así.

Gran parte de mi vida la he dedicado a la milicia. En los entrenamientos exigentes de mi unidad nos enseñaron (quizás sin querer, quizás queriendo) una gran pastilla del alma: Que el dolor y el sufrimiento terminarían en algún momento. Y ese momento tendría que llegar ANTES de la próxima comida.

Si nos despertaban a las cuatro de la mañana y nos hacían rodar por un campo llenos de cactus. Sabíamos que para las seis treinta estaríamos sentados en el comedor tomando el desayuno y todo lo que tendríamos que hacer sería AGUANTAR HASTA LA PRÓXIMA COMIDA. Así mi mente absorbía el hecho de que ningún sufrimiento es perenne y que la mayoría de los mismos son relativamente cortos. Supe al comienzo del entrenamiento que me quedaban un año y medio para convertirme en un soldado de mi unidad. A los dos días (al igual que todo el grupo) pensaba seriamente en renunciar. Hasta que algún sargento gritó por ahí la frase: «¡¡¡Aguanten que para el almuerzo ya van a haber dejado de sufrir!!!». MÁGICA FILOSOFÍA MILITAR PURA.

A partir de ahí solo pensé en llegar a la PRÓXIMA COMIDA. Así pasaron los días. Así pasaron los meses. El sufrimiento no podía durar por siempre. Y la próxima comida era su fin.

Al enfrentarnos con situaciones o hábitos que dependen de nuestra resistencia más extrema pues bien (y aquí viene el tip del post):

SUBDIVIDE LAS SITUACIONES EN PEQUEÑAS PORCIONES QUE SI PUEDES DIGERIR CON FACILIDAD.

No te puedes comer un steak entrecot de un bocado. Lo debes subdividir en pedacitos de carne fácilmente digeribles y de a pocos el steak está ya sumergido en tus jugos gástricos.

Unos ejemplos:

  • En una maratón o carrera de largo alcance subdivido la distancia en tramos pequeños. Digamos cinco Km. No hago nada más que pensar en los cinco Km que tengo que correr y me concentro solo en eso. Cuando los termino bebo agua. Bajo un poco la velocidad o camino unos segundos (a modo de premio) Y comienzo mi nueva «etapa» de cinco kilómetros. Así sucesivamente hasta el final de la carrera.
  • En el trabajo subdivido mi día en tareas específicas. Digamos una hora para terminar una. Si termino antes de la hora (por ejemplo contestar todos los e mails) me tomo el tiempo sobrante para mi. Me tomo un café. Voy al baño o hago flexiones. Si es una tarea larga. Paro a los sesenta minutos y descanso diez. Luego vuelvo a empezar hasta terminar la tarea. O en su defecto hasta el próximo descanso de diez minutos. La verdad es que ninguna de mis tareas sobrepasan una hora. Siempre me queda tiempo libre después de terminar alguna. Y recontando al final del día laboral me sale que he descansado unas tres horas (de ocho) y he sido super productivo.
  • Al igual sucede con pagar la deuda. O lavar toneladas de ropa. Subdivido todo en grupitos pequeños que me son mucho más llevaderos. NO ME CONCENTRO EN LA TOTALIDAD DEL PROBLEMA SINO, SOLAMENTE, EN LA PEQUEÑA PARTE EN LA QUE ESTOY TRABAJADO EN UN DETERMINADO INSTANTE.

Hay cosas que aún no he podido concluir pese a la técnica de subdivisiones. Como mi primer Iron man (ya que nado como un gato) o una carrera universitaria (ya que no me va bien con el sistema educativo tradicional. Sencilla y llanamente no soporto estar en una clase) Pero he logrado llevar a cabo cosas que jamás pensé que culminaría. Subdividiendo y subdividiendo. Como carreras y maratones. Entrenamientos militares varios. Trekkings en lugares dificiles. Enfrentarme con la deuda. La rutina laboral del día a día. Limpiar la casa o sacar al perro 🙂

Prueba en subdividir los problemas, hábitos o situaciones que te parecen abrumadores y te vas a dar cuenta que es mucho más fácil llevarlos a cabo o resolverlos.

Subdivide y simplifica.

Y como lo dije en el post Agradecer. Pues doy gracias porque estén leyendo estás lineas.